domingo, 27 de septiembre de 2009

REFLEXION SEPTIMA.- Las Drogas y la Prostitución

El poder es la principal droga dura que conozco. Le sigue de cerca el dinero, y en tercer lugar y algo rezagada la lujuria. Luego vienen un sin fin de drogas blandas, ya saben, el crack, la heroína, la cocaína, los alucinógenos, las drogas de diseño, el alcohol, los esteroides... Luego vienen las droguitas de juguete, tipo tabaco, cannabis, barbitúricos, pornografía -jejeje-... Y por último, están todas las demás cuestiones que nos convierten en adictos a algo, pero que coyunturalmente están aceptadas por la sociedad de cada momento. Me refiero al juego, a la Play Station, a la prensa rosa, las telenovelas, la siesta y todo lo demás.
Pienso que cualquier cosa prohibida se recubre de una especie de aura mística que la hace más atractiva, más deseada, y al mismo tiempo más peligrosa (…) Las grandes fortunas se han fraguado con el tráfico de lo que sea, con el contrabando, con las sustancias ilegales -bueno, y con la especulación urbanística, pero eso es harina de otro costal-.
La mejor forma de eternizar las drogas es mantenerlas en la clandestinidad. Esto, además de reforzar su teórico carácter romántico, las vuelve más difíciles de conseguir, más dulces de disfrutar, y encarece notablemente su precio además de permitirle que campe a sus anchas libre de cualquier tipo de control de sanidad o calidad.
Como todo en la vida, creo que la solución para cualquier problema se encuentra en la educación y no en la represión. O al menos, en la conjugación de ambas cuestiones (…) Hay que desmitificar las sustancias prohibidas, y esto se consigue haciendo que dejen de estar prohibidas, sometiéndolas a rigurosos controles, e impidiendo que nadie se forre a costa de la ilegalidad de las mismas (…)
El asunto de la prostitución es la pera. Es como la prensa rosa, las crónicas marcianas, la telebasura, las telenovelas o el gran hermano. Nadie sabe nada, nadie lo ve, nadie lo usa (...) De una forma o de otra, lleva milenios siendo el segundo negocio más rentable de la historia -justo detrás de la inglesa caótica en el ranking-, y al ritmo que va, dudo mucho que el negocio se extinga antes de los próximos cincuenta mil años.
La prostitución es necesaria, y entiéndanme, no lo digo en tono jocoso ni peyorativo, sino todo lo contrario. Digo que es necesaria de la misma forma que entiendo que la religión lo es. Y que quede claro que soy ateo no practicante. Cuando algo lleva existiendo tanto tiempo es porque por los motivos que sean, la sociedad necesita que exista. Y partiendo de esta premisa, y agarrándonos al hecho innegable de la prosperidad de tal realidad, creo que lo mejor que podría pasarle a todo el mundo -menos a los proxenetas y a los tratantes de blancas- sería que de una vez por todas se regularizara tan noble y sacrificado oficio (…)
¿Es que por el hecho de ignorar una realidad o mirar hacia otro lado vamos a conseguir que desaparezca? Mientras este negocio sea ilegal, habrá proxenetas que se forren gracias al trabajo ajeno, seguirán existiendo hombres sabios que se encamen con menores, seguirán existiendo padres que vendan a sus hijas a burdeles o mafias occidentales (...)
¿La solución? La legalización, por supuesto. ¿Que alguien quiere ejercer la prostitución? Que lo haga, que pague sus impuestos, que tenga todos sus derechos al día, que pueda facturar... ¿Acaso las empresas no tienen suculentos gastos anuales en este tipo de servicios? Pues otra ventaja más, porque así podrían obtener facturas y desgravar como gastos de promoción (…)
En cualquier caso, y resumiendo, creo que necesitamos menos golpes en el pecho, menos ira de dios, menos condenas al infierno, menos moralina barata, menos hipocresía por parte de todos, y muchas -pero que muchas- más ganas de reconocer la verdad, llamar a las cosas por su nombre, y tener una auténtica y firme voluntad de arreglar las cosas y de transformar la sociedad -que es el principal bastión del ideario de los partidos de izquierda, aunque últimamente lo hayan olvidado y piensen que su principal objetivo es llegar a un sillón y cortarle el cuello a todo aquel que quiera llegar después que él-.

1 comentario:

  1. Bueno, finalizado definitivamente el parón veraniego, aquí volvemos a la carga con una más del título séptimo. Esta también es potente, pero mejor me lo callo y no digo nada, visto el éxito de las tres anteriores!!!


    Que os aproveche.

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