El mundo camina hacia adelante, en una sola dirección (...) En todo, menos en Vascolandia y Catalandia. En todas partes se habla de unir, y ellos hablan de separar. En toda Europa se trata de integrar, y ellos tratan de disgregar. En toda españolandia se trata de igualar, y ellos tratan de diferenciar. Muy inteligente, muy vanguardista, muy de futuro, ya ven. Siglo diecinueve puro y duro. Ciencia ficción de la buena.
Resulta que unos quieren volver al siglo décimo o así por no sé qué asunto de un condado. Y por no sé qué cuestión de un idioma que hablan y que usan como arma arrojadiza… Por otro parte, otros quieren volver no al siglo décimo, sino a la edad de las cavernas aduciendo no sé qué tipo de suerte de un ph que sólo se encuentra en Vascolandia y en el norte de Africa -dudo mucho que Sabino Arana fuera negro-…
Y para colmo, tanto unos como otros llevan siglos beneficiándose de la mano de obra regalada que el tito Paco –y antecesores- esclavizó en el sur para mandarla al norte a mendigar las migajas de todos los recursos que nos escatimaba, mientras los señoritos de caballo vivían en la villa y corte de MadriZ a costa de nuestro sudor (...) Aún hoy podemos ver en las series televisivas cómo el médico, el arquitecto o el empresario es madrileño, vasco o catalán mientras la chacha, el camarero o el portero es andaluz-(…)
Puestos a radicalizarnos, la civilización más antigua como tal de toda la península estaba de Despeñaperros abajo -pregúntenle a más de un romano y a más de un historiador por Valencina de la Concepción- (...) Por cierto, que el condado aquel de Catalandia podría ser del siglo diez, pero me parece que morolandia por aquí abajo era un par de siglos anterior, así que si se tratara de establecer fronteras geográficas, creo que Despeñaperros y la veteranía -que es un grado- y la antigüedad, le darían a morolandia la patente necesaria para cuestiones separatistas o de ese mal rollito que se traen…
¿Hablamos de idioma? (…) Si alguien duda que en morolandia se habla una lengua diferente, con decenas de dialectos propios, que se dé una vuelta por aquí (...) Dam’er búcaro d’en ca’r Cahlo, miarma (…)
¿Alguien hablaba de hechos diferenciales? (…) Por aquí abajo sí que tenemos un hecho diferencial verdadero, auténtico, innegable e impagable. Aquí han estado todas las grandes civilizaciones de la historia, todas se han prendado de este terruño, todas se han quedado todo el tiempo que han podido, y todas añoraron volver (…) ¿Hechos diferenciales? ¡Aquí si que hay un hecho diferencial auténtico! Un hecho diferencial internacionalista. Todo el mundo tiene a gala tener un hecho diferencial nacionalista, ficticio, gregario, xenófobo, separatista, excluyente... Aquí abajo tenemos el único hecho diferencial internacionalista, y eso, le guste a quien le guste y no le guste a quien no le guste, es una Verdad con uve mayúscula. Somos tan ricos como nuestro mestizaje nos permite. Somos hijos del mundo, de la cultura, de la convivencia. No queremos ser únicos, no queremos estar aislados, no queremos separarnos de nadie. Queremos estar juntitos, abrir las puertas, dejar que llegue la gente, las culturas, las ideas. Nos gustar mezclarnos, abrazarnos, rebujarnos, y si es con poca ropa -o ninguna- y de buen rollo, mejor que mejor (…)
Resulta que unos quieren volver al siglo décimo o así por no sé qué asunto de un condado. Y por no sé qué cuestión de un idioma que hablan y que usan como arma arrojadiza… Por otro parte, otros quieren volver no al siglo décimo, sino a la edad de las cavernas aduciendo no sé qué tipo de suerte de un ph que sólo se encuentra en Vascolandia y en el norte de Africa -dudo mucho que Sabino Arana fuera negro-…
Y para colmo, tanto unos como otros llevan siglos beneficiándose de la mano de obra regalada que el tito Paco –y antecesores- esclavizó en el sur para mandarla al norte a mendigar las migajas de todos los recursos que nos escatimaba, mientras los señoritos de caballo vivían en la villa y corte de MadriZ a costa de nuestro sudor (...) Aún hoy podemos ver en las series televisivas cómo el médico, el arquitecto o el empresario es madrileño, vasco o catalán mientras la chacha, el camarero o el portero es andaluz-(…)
Puestos a radicalizarnos, la civilización más antigua como tal de toda la península estaba de Despeñaperros abajo -pregúntenle a más de un romano y a más de un historiador por Valencina de la Concepción- (...) Por cierto, que el condado aquel de Catalandia podría ser del siglo diez, pero me parece que morolandia por aquí abajo era un par de siglos anterior, así que si se tratara de establecer fronteras geográficas, creo que Despeñaperros y la veteranía -que es un grado- y la antigüedad, le darían a morolandia la patente necesaria para cuestiones separatistas o de ese mal rollito que se traen…
¿Hablamos de idioma? (…) Si alguien duda que en morolandia se habla una lengua diferente, con decenas de dialectos propios, que se dé una vuelta por aquí (...) Dam’er búcaro d’en ca’r Cahlo, miarma (…)
¿Alguien hablaba de hechos diferenciales? (…) Por aquí abajo sí que tenemos un hecho diferencial verdadero, auténtico, innegable e impagable. Aquí han estado todas las grandes civilizaciones de la historia, todas se han prendado de este terruño, todas se han quedado todo el tiempo que han podido, y todas añoraron volver (…) ¿Hechos diferenciales? ¡Aquí si que hay un hecho diferencial auténtico! Un hecho diferencial internacionalista. Todo el mundo tiene a gala tener un hecho diferencial nacionalista, ficticio, gregario, xenófobo, separatista, excluyente... Aquí abajo tenemos el único hecho diferencial internacionalista, y eso, le guste a quien le guste y no le guste a quien no le guste, es una Verdad con uve mayúscula. Somos tan ricos como nuestro mestizaje nos permite. Somos hijos del mundo, de la cultura, de la convivencia. No queremos ser únicos, no queremos estar aislados, no queremos separarnos de nadie. Queremos estar juntitos, abrir las puertas, dejar que llegue la gente, las culturas, las ideas. Nos gustar mezclarnos, abrazarnos, rebujarnos, y si es con poca ropa -o ninguna- y de buen rollo, mejor que mejor (…)
Venga, vamos a darle un nuevo repaso a lo políticamente correcto! Ahora que se lleva el rollo ese de la financiación autonómica, y que todo el mundo le hace la rosca a los nacionalistas por un puñado de votos, llegamos nosotros y mandamos a paseo los rancios convencionalismos que ellos esgrimen como una arcaica forma de privilegio. ¿Os atrevéis?
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